-I de II—
Por
Mario Hernández
Publicado en la revista Ecos del Caribe nums. dic 2010 y ene 2011
—La miseria que se ve, es la que produce el sistema. La gente en su comunidad produce, pero lo que da su milpa apenas les permite sobrevivir.
El señalamiento es de Carlos Chablé Mendoza, quizá el único cronista de Quintana Roo que se conduce como tal, cuando aborda las condiciones en que se encuentran los mayas; aunque él prefiere calificarse como promotor cultural.
—Las necesidades se las va creando el sistema. En la medida que no puede comprar o adquirir bienes, empiezan a empobrecerse y hacerse miserables.
Es uno de los viles resultados del capitalismo.
—Si no consumes, no vives; no eres nadie. Consumir es sinónimo de vida en el sistema capitalista, cuando lo que produce es miseria y ésta lleva a la muerte, a la desaparición del individuo.
Existen carencias de médicos, fuentes de trabajo, hospitales y servicios. Sin embargo no hay que confundirse.
—Eso es otra cosa. Los derechos básicos de la gente: salud, educación, alimentación, vestido y vivienda, el sistema se lo niega.
¿De qué se trata?
—De que tengamos, no hablemos sólo de los mayas, sino de todos, la oportunidad de acceder a una vida que satisfaga estos cinco aspectos. Para que esto suceda, necesitamos un ingreso permanente y para que éste se dé, falta empleo.
Este es crucial en la región, como en muchas partes del país y en particular en las áreas indígenas.
—Tampoco se trata de decir ‘porque faltan empleos, abramos maquiladoras, invernaderos’. No. Hagamos proyectos que tengan como punto de partida la realidad de la gente y su cultura; que sea un desarrollo con identidad, que permita quedarte en tu pueblo; con una fuente de empleo que facilite producir, tener excedentes que vender y obtener otros satisfactores, porque también tenemos derecho a la recreación.
Si el Estado no promueve el empleo ni la producción, como está pasando, ¿a dónde vamos?
—Hace unos diez años se dijo que el invernadero Hidroponía Maya sería un proyecto social, pero en los hechos es una empresa más que se hizo —tengo entendido que continúa así— con recursos públicos.
Más no opera como tal, porque los productores están reducidos a vendedores de fuerza de trabajo.
—Es cierto que hay empleos, pero los indígenas son asalariados, con un ingreso que les permite completar lo que no obtienen con su milpa. Hidroponía Maya, dista de ser un proyecto social; mucho menos de los mayas. Muy, muy lejos.
¿Los invernaderos le son ajenos a los mayas?
—Nunca los hemos sentido como propios. Jamás lo ha sentido la gente como un proyecto suyo. Así ha sucedido con lo que se haya hecho a nombre del desarrollo maya, como zona de desarrollo.
Algo similar sucedió con los corredores citrícolas, impuestos por el entonces gobernador Miguel Borge Martín.
—Era una invención del Estado como política de desarrollo, supuestamente, que no cuajó. De esto no hace mucho.
¿Qué ocurre con los indígenas a la hora del diseño gubernamental de modelos de desarrollo?
—No son tomados en cuenta, porque hasta el momento el pueblo maya carece de una organización que se inspire en su identidad, lengua, cultura y en sus aspiraciones. No existe una organización representativa del pueblo maya.
De esto se aprovecha el Estado y sus instituciones, porque trata con la gente de manera individual. No quiere tratar con la gente organizada.
—Cuando hemos intentado crear organizaciones, las han disuelto por las buenas o por las malas. Por ejemplo, en el proceso que se dio en la campaña de los quinientos años, creamos el comité de una unión de comunidades mayas, pensando que era necesario tener una organización con sus propios objetivos, formas, métodos y tiempos.
¿Qué pasó? Chocaron con el aparato oficial; aunque con el Instituto Nacional Indigenista lograron avances vía movilización, pues recurrieron a ellas dentro y fuera de Quintana Roo.
—Acudimos a la gran marcha del 92 que culminó con nuestra celebración del medio milenio de resistencia.
He aquí algunos triunfos de las comunidades, arrancados al INI:
—Conclusión de clínicas y aprobación de proyectos culturales. Muchas cosas que estaban pendientes. Nace Radio Xenka, en Carrillo Puerto, como producto de esa lucha.
Esa organización se truncó cuando el gobierno amenazó a la gente.
—Les decían: ‘para que accedas al fondo regional de Solidaridad, no puedes pertenecer a una organización como esa. Ingresas como ejido, comunidad o grupo de trabajo, o no hay apoyo para ti’.
Así fueron disolviendo el trabajo con y en los centros ceremoniales, que llevó a muchos abuelos y dignatarios mayas a adoptar, nuevamente, una actitud autónoma y participativa a favor de su comunidad.
—Fuimos neutralizados a través del programa de etnodesarrollo, pues llegó un momento en que se le salió del huacal al Estado y al PRI un buen sector. No digo que todos, pero si un número representativo de los dignatarios mayas.
De esa manera los pulverizaron. Así los han minando, evitando que se dé una organización maya. En el fondo, la meta de los programas dirigidos a los mayas es la enajenación.
—Han priorizado las maneras de controlar, pero no les ha funcionado. Tan no les ha funcionado, que Carrillo Puerto ha sido escenario de represión de movimientos campesinos.
Hablamos de hace 6 años, y recientemente de 2009. Precisamente los noviembres han sido meses sellados por la reprimenda.
—La última fue el veinticuatro de noviembre del año pasado, cuando desalojaron a los compañeros en la entrada de Carrillo Puerto. Viniendo de Tulum, hombres, mujeres, ancianos y niños fueron maltratados.
¿La causa?
—Exigían al gobierno que cumpliera con el pago del siniestro de milpas perdidas, problema recurrente cada ciclo agrícola. Hace 6 años también el parque fue escenario de una lucha provocada por la policía contra los campesinos.
Hace seis años, también en noviembre, en Tihosuco, fueron desalojados, otra vez, a punto de bastonazos y gases, mujeres, niños, viejos, y ancianos.
—Todo eso una muestra de que no quieren responder a lo que la gente demanda, a la necesidad. Se siniestró la milpa, hay un seguro de por medio y no se quiso pagar.
¿Qué pasó con el dinero que se le dio a la aseguradora?
—No sé. Lo cierto es que se reprimió y no se les pagó a los campesinos perjudicados; quedó pendiente.
Por supuesto que La Comisión Estatal de Derechos Humanos, instancia oficial, jamás funcionó como tal, para, de alguna manera, resarcir la vejación.
—Continúa permeando en el Estado la tozudez, con un carácter más ladino de gobernar, en el cual los indígenas no tienen espacio. Finalmente se les sigue viendo a los mayas, en este caso, como gente atrasada, que está así por su condición de indígena.
“¿Quieres dejar de estar jodido? Renuncia a ser maya”.
—Su actuación, del gobierno y sus instituciones, te obliga a sacar esa conclusión. Y siguen cometiendo los mismos errores de no tomar en cuenta nuestra identidad a la hora de planear, porque creen que ésta no tiene valor.
Sin embargo más de 500 años ha sobrevivido el pueblo como tal.
—Estoy hablando de su lengua, tradiciones y costumbres. Pero se venden paquetes turísticos a nombre de los mayas. Quiere decir que sí somos importantes. Importantes para ser etiquetados; no para que sea formulado un programa de desarrollo a través de la participación indígena.
¿Por qué? Temen que los mayas colaboren en el diseño de su futuro.
—Esa es la verdad. No es tan de acuerdo en darnos la oportunidad de que la gente tome las decisiones que van afectar su mañana. Claro que, en el marco jurídico internacional de los derechos indígenas, el derecho a la toma de decisiones está normado. Debe tomarse en cuenta su opinión antes de aplicar un programa o plan de desarrollo en una comunidad.
¿Los mayas carecen de una organización auténtica que los represente?
—El Consejo Supremo Maya, de los años setentas-ochentas, ya no existe. Pero hay que decir que era un instrumento corporativo que trabajaba para el estado priista.
Ahora, dentro de la Ley de Derecho y Cultura Indígena, existe la figura del Gran Consejo Maya, que se supone se integra con los generales de los centros ceremoniales.
—En los hechos no funciona ese ordenamiento. Es letra muerta. El Gran Consejo Maya, según esa ley, es un espacio o instancia de consulta, precisamente de consulta para programar el desarrollo en las comunidades, pero esto no ocurre.
Sin embargo a las personalidades que lo integran, les dan dinero, despensas y utensilios de cocina. ¿Con qué fin?
—Obviamente, la intención es el control. El de control sobre quienes representan la autoridad tradicional maya. No puedo negar que el Estado lo consigue en algunos casos, pero tampoco podemos descartar que dentro de la organización tradicional maya haya quienes rechazan ese control.
Podrá no haber una organización política del pueblo maya, pero dentro de su esquema organizativo tradicional hay gente con una visión clara de los tiempos y de las formas de luchar y que, generalmente, no tienen que ver con alguna posición partidista.
—Hay algo que decimos mucho: los pueblos son dueños de su tiempo y de las formas en que se manifiesta y estas se dan de manera cíclica. Así es nuestra historia, nuestro proceso. Nunca hay que descartar la vigencia de la vida espiritual que se da en los centros ceremoniales. Es la que inspira decisiones que trascienden.
El símbolo del dólar en la frente
—II de II—
Por Mario Hernández
—Sobre la calidad e intenciones de los programas que les dedicaron y de los que les dirigen, habría que preguntarles a los mayas. Para mí, les benefician poco los apoyos que da el gobierno, a través de algo que se llama DAC —dirección de atención ciudadana—, pues son migajas.
La valoración es del cronista Carlos Chablé Mendoza.
—Es bastante miserable lo que les proporcionan, considerando que en su mayoría son ancianos, gente que se dedica a las guardias en los centros ceremoniales.
El Estado quiere congraciar con ellos, para ejercer control.
—Lo que ha provocado el gobierno es crear problemas, porque jamás dan la cantidad que les permita una vida y desarrollo digno a los ancianos y dignatarios.
Son los herederos auténticos de esta tierra. Sus abuelos y los nuestros son los propietarios de extensiones que, prácticamente, les han despojado.
—Veamos cómo en Tulum está cercado el centro ceremonial; encerrado por un desarrollo comercial. Una malla ciclónica delimita el espacio. Y todavía algunos colonos se quejan de las celebraciones de los mayas, cuando estos son los dueños del territorio.
Primero perdieron Cancún, luego la parte continental de Cozumel, que hoy Solidaridad. Ahora están por perder Tulum, y no está lejos luego que les arrebaten Mahahual.
¿Existe la posibilidad de que los indígenas sean recluidos en zonas de reservas, para facilitar la expansión turística?
—Es lo que está sucediendo. A la altura de Uh May, Tepich, a la entrada a Chumpon y viniendo por Mérida, hay letreros que dicen “bienvenidos a la zona maya”. Es decir, tratan de encajonarnos en un pequeño espacio, cuando sabemos que es área cultural maya es vasta: desde Chiapas hasta Costa Rica, y la Península de Yucatán.
Es el territorio que han ido robando a los mayas. Y ahora, con esos letreros, quieren decir que la zona maya es el municipio de Carrillo Puerto.
—No es un enfoque limitado; es a propósito. Lo hacen con la intención de advertir que aquí quedan los últimos indígenas; que un día nos vamos acabar. Es una visión discriminatoria, racista.
A los mayas que no entran a los invernaderos, se les quiere seguir despojando y utilizando, porque no todos tienen trabajo en Hidroponia ni en los invernaderos sociales que hay en algunos ejidos.
—Sus hijos van a emplearse en la Riviera Maya, a obtener un recurso que no sirve para mejorar sus condiciones de vida; pero que genera vicios, porque eso se aprende en las áreas de turismo masivo y convencional.
La perdida de territorio significa para las etnias perder superficies de cultivo, donde crean y desarrollan su cultura, significa rezagarse como pueblo.
—Aunque no venga un ejército y nos saque, hemos perdido enormes extensiones, lo cual es gravísimo. Tienen que haber intentos de revitalizarnos, fomentando la lengua y la cultura. Mientras existan éstas, el futuro puede ser mejorado. Se evitaría un mañana desastroso.
Pero a la gente del poder poco le importa. Siguen aplicando la consigna romana: “al pueblo, pan y circo”; aunque ahora la función se restringe a eventos circenses, cínicos y paradójicos.
—Anualmente, oportunistas, viejos dirigentes del priismo desplazado —porque no tienen futuro en su partido— y alguno que otro vival que pretende usar los símbolos revolucionarios del pueblo, vienen el tres de enero a realizar homenajes a Felipe Carrillo Puerto.
Hablan de él. Lamentan su muerte.
—Más lo sacan de contexto en estos eventos “cívicos”. Castran lo principal, que es el contenido ideológico y revolucionario. Carrillo Puerto se distinguió por un gran compromiso con el pueblo maya.
Nadie ha rebasado lo que él hizo de 1915 a 1924.
—Para empezar, siendo joven, traduce la Constitución de México a la lengua Maya, explicándoselas a los peones de las haciendas, pues era un excelente orador en lengua maya, como su hermana Elvia.
Felipe CP fue un periodista de combate.
—Creó el Heraldo de Motul, donde denunciaba las acciones explotadoras y racistas de los hacendados. Formó parte de la lucha anti reeleccionista. Conoció a Zapata, se entrevistó con él y Emiliano le dio el grado de coronel de caballería.
También participó en el reparto de tierras en el Estado de Morelos. Emiliano Zapata dijo: ‘Este problema existe en tu tierra. ¿Qué vas hacer? Respondió: ‘Me regreso a Yucatán’.
—Al Partido Socialista Obrero, creado por Alvarado, lo transforma —vía organización y propaganda de la ideología socialista—, en el Partido Socialista del Sureste, cuyas bases fueron las ligas de resistencia obreras y campesinas.
Eso permite que en 1922 el PSS sea el partido más grande del continente que, con mucho, gana la gubernatura de Yucatán en elecciones.
—Como mandatario, del 22 a 24, realiza obras que ningún otro gobernador ha superado. Por ejemplo, la restitución de las tierras a los campesinos despojados por los hacendados henequeneros, acción que más conflicto le causó con la burguesía de ese entonces.
Fue el impulsor de la escuela racionalista, de la ecología, creador de la Universidad Nacional del Sureste, de la primera Escuela de Salud Homeopática en el país, de la Ley del Divorcio, de la protección de la niñez, del primer museo arqueológico, constructor de carreteras pavimentadas que condujeran a lugares importantes como Chichen, Uxmal, para que la gente llegara a conocer la grandeza que hicieron sus abuelos.
—También fundó la primera academia de la lengua maya, indujo un vasto número de iniciativas en el campo educativo, fue un impulsor del arte y la cultura.
La trova yucateca tiene el impacto internacional que tiene, gracias a la época del carrillismo socialista del sureste. Ningún gobernante de Yucatán ni del país puede hablar de tantos logros en tan poco tiempo.
—El día que asume el poder, es el primer gobernante que emite desde el Palacio de Gobierno de Mérida un discurso en lengua maya. Le dijo a la gente: ‘A partir de hoy se termina la política. Ahora comienza el trabajo’.
Finalmente lo fusilan el 3 de enero de 1924. Aprovechando la disidencia del huertismo que se levanta en armas, los hacendados se alían con los militares y le dan un golpe de Estado, similar al de Salvador Allende en Chile. Lo detienen y lo fusilan.
La historia se repite. Cambia el escenario, los nombres y las fechas.
—El levantamiento de Jacinto Canek todavía lo recordamos. A muchas organizaciones juveniles, estudiantiles y obreras le pusimos su nombre. La guerra llamada de Castas es algo que está a flor de piel en una región como esta.
En 1847, cuando inició, el apellido de Canek aparecía como grafiti pintado en las casas coloniales, cuando fue el levantamiento.
¿Hay algún punto de unión entre el ideario de Felipe Carrillo Puerto y el Partido Revolucionario Institucional?
—Ninguna relación. Como dicen los jóvenes, ‘nada que ver una cosa con la otra’. Si se iba a realizar una ceremonia luctuosa del asesinato de Felipe Carrillo Puerto, los menos indicados para hacerlo eran los priístas, pues ellos representan lo que él combatió.
La consecuencia política, ideológica y revolucionaria de Carrillo Puerto fue llevada hasta sus últimas consecuencias, se sometió a todas las pruebas hasta morir. Por ejemplo, lo fusilan con tres de sus hermanos, entre los 13 ejecutados.
—Esta gente insulta a Carrillo Puerto. Evocan la frase “No abandonéis a mis indios”, dicen que fue el último deseo de Carrillo Puerto quienes hoy hacen un evento en su memoria, ¿por qué no dicen que, en una revista norteamericana —Surbey—, se publica al año siguiente de su muerte, un escrito sobre el nuevo Yucatán, que es un artículo visionario de lo que quería hacer de ese Estado? El decía que en la península, el futuro pertenece a los mayas. ¿Por qué lo callan? Porque es vigente y subversivo. Prefieren recordarlo con una postura paternalista, pues, muriendo el padre, no hay quién atienda a los hijos.
—El encarga a sus asesinos que lo hagan, lo cual es ilógico. Pero así le ensartaron ese mensaje; a ese y a muchos monumentos. La frase contundente y bien orientada sobre la Península de Yucatán es “El futuro pertenece al pueblo maya”.
Esto es viable. La ideología socialista es una utopía posible. Carrillo Puerto la comenzó, por eso lo mataron.
Si reviviera FCP, ¿sería priista?
—Lucharía contra el PRI, el Acción Nacional y contra aquellos partidos que dieron entrada al neoliberalismo en México. El cambio de hace diez años no fue tal, pues AN retoma la estafeta del RI, que inició la instauración del neoliberalismo, y el PAN lo sigue haciendo.
Prácticamente el PAN es la continuidad de Victoriano Huerta, el soldado carnicero de la Revolución Mexicana.
—Si regresa el PRI a la Presidencia del país o se queda el PAN en el poder, ¿qué urge?: alternativas. Y se van a dar siempre que participemos; que dejemos de ver a la política como una facultad de otros. Es un derecho de nosotros. Sólo así se puede transformar el estado de cosas que impera.
A pesar de que lo es, Carlos Chablé no se cuelga el título de cronista.
—Prefiero llamarme promotor cultural, pues ésta juega un papel revolucionario en los pueblos La cultura es revolucionaria. Significa desarrollo; no estancamiento.
Por cierto, no hacen muchos ayeres, un secretario de cultura de Quintana Roo —Manuel Valencia Cardín—, exhibió su ignorancia, al calificar de “arte” el trabajo del organista argentino Raúl di Blasio.
—Esa es una manifestación artística; mas no es arte. El gobierno no atiende la cultura, en los términos que debe de ser. Por ejemplo, se declaró hace tres años a la Ciudad de Felipe Carrillo Puerto “capital de la cultura maya”, pero en tres años no hemos visto ningún cambio sustancial.
En treinta y seis meses no han traído un evento de la talla internacional de los que se han presentado en Chetumal, Cancún, Cozumel, Isla Mujeres o Playa del Carmen.
—El gobierno y la iniciativa privada piensan que los indígenas no tenemos derecho a ver ballet folclórico o conocer las obras de Picasso. Están errados.
Por supuesto que tienen derecho a que les traigan exposiciones de Diego Rivera y de cualquier otro.
—Pero nos brincan. Nos nombran zona maya, ¿para qué? Para aislarnos. Esta es una política como la del chacal Victoriano Huerta. Se acuerdan que existimos, pero para etiquetar lo que ellos venden. Nos ven con el símbolo del dólar en la frente.