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EN ELTIEMPO DE LOS MAYAS

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La fiesta de Xcacal Guardia

Luego de dos días de peregrinar por la selva transportando una imagen santa, decenas de mayas provenientes del santuario de Chunpóm llegaron al santuario de Xcacal Guardia donde ya inició la fiesta. Por la tarde de ayer numerosos jóvenes mayas salieron a los montes cercanos a buscar el Yaaxché, ceiba sagrada, que sembraron hoy en la madrugada en el centro del ruedo donde realizaran el tradicional wakax ché.

Esta festividad tradicional reunirá a los mayas masewales cruzoob de muchas comunidades como Señor, Tuzik, Chanchen Comandante, Yaxley y Pino Suarez entre otras cercanas al centro ceremonial, pero también a mayas provenientes de Trapich, Kancepchén, Berriozabal, Chunyáh, Chunón, pertenecientes al centro ceremonial de Chunpóm y a otros tantos más provenientes de los santuarios mayas de Chancah Veracruz, Tulum y Carrillo Puerto.

Es la fiesta de los mayas masewales, de Los elegidos de Dios como les llamó Villa Rojas, de los seguidores de la Santísima, los cruzoob que mencionó Nelson Red en su libro.

La peregrinación de los nojoch makoob de Chunpóm, acompañados de su guardia, por las veredas antiguas en la montaña rememora las que hacían los antiguos mayas antes de la invasión y conquista española.

Es la reafirmación cíclica de la identidad con una fiesta en la que lo tradicional alternará seguramente con lo “pagano”. Durante una semana habrá más danza como la vaquería de anoche. Al ritmo de la maayapax, música maya, los músicos y las parejas ejecutan ceremonialmente esta música de la guerra, esta música de Dios. Asistirán a las nojoch misas, rezarán, cumplirán sus promesas hechas a la Santísima y le llevarán sus ofrendas reunidas durante meses.

Al sembrar el Yaaxché con los primeros rayos del Kinich Ajaw, el sol, envueltos en un ambiente místico y el aroma de los inciensos, salpicado por el regocijo del chiik, los mayas masewales pidieron a Dios la abundancia y el bienestar para todos, como para todos será la comida que obsequiarán en el maatán en estos días de fiesta. 

En los herederos de los antiguos reverdece hoy la esperanza, en su forma, en su ritmo, en su tiempo, lejos de lo que ocurre en las ciudades, muy lejos de los lugares donde ocurren los conflictos “mundiales”. Pero son reflexivos, saben de los problemas que padece el mundo. Los mayas, durante esta fiesta, serán el Chumuk Luum y pedirán por todos nosotros.


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