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¡FELIPE CARRILLO PUERTO VIVE EN EL CORAZÓN DE LOS SOCIALISTAS DEL SURESTE!

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N. 8 nov. 1874 – M. 3 enero 1924

Como homenaje reproducimos este texto tomado de “Utopía Maya” de Armando Bartra publicado por La Jornada en julio de 2009

Socialismo maya

Ascendente en Yucatán, la Revolución declina en el resto del país y la radicalización del Partido Socialista del Sureste (PSS) despierta las iras de la Casta Divina pero también del presidente Carranza. En 1920 el ejército federal ocupa la península, incendia los locales del PSS y expulsa a Carrillo Puerto (CP) del estado. Al triunfo de Álvaro Obregón y el Plan de Agua Prieta, el nuevo gobierno federal recupera Yucatán y CP regresa al estado. Con el ejército detrás, el PSS puede hacerse directamente del gobierno, pero CP no quiere un“cuartelazo político” sino que los socialistas lleguen al poder mediante elecciones y apoyados en la movilización popular. Así, en noviembre de 1921, tras un intenso activismo político social, Sucum Felipe, también conocido como el Carretero de Motul, gana la gubernatura con 62 mil 801 votos, contra dos mil 818 de su más cercano competidor. De esta manera CP no sólo accede a la gobierno, en verdad toma el poder. Y puede, en justicia, proclamarse el “primer gobierno socialista de América”, pues tiene el respaldo del pueblo organizado. En 1920 el PSS cuenta con unos 30 mil militantes; para 1921, 60 mil votan por él, en 1922 tiene unos 70 mil adherentes y en 1923 casi 90 mil. En las asambleas semanales de la Liga Central participan entre 800 y mil personas, en las de Acanceh y Tixcocob de 400 a 500, y en las de poblaciones pequeñas alrededor de 200.

El de CP es un gobierno indígena, de modo que es en maya el discurso de prosapia socialista con que lo inaugura: Ha llegado el momento de demostrar a los “señores” que sabemos administrar; que somos nosotros los constructores y no ellos; es necesario que les digamos que sin los trabajadores no existiría esta catedral suntuosa; que sin los trabajadores no existiría este palacio; que sin los trabajadores no existiría ese parque, donde vienen a recrearse (…), sin los trabajadores no existirían los ferrocarriles, los automóviles, los coches; nada de lo que es útil al hombre existiría sin los trabajadores (…) La tierra es de ustedes y ustedes la van a recuperar (…) Y siendo de ustedes la tierra, y siendo ustedes quienes la trabajan, lo natural es que las cosechas también les pertenezcan*.


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